Es casi seguro que Su Graciosa Majestad, la Reina Isabel II no se atrevería a pisar la basílica católica de
la Santa Cruz del Valle de los Caídos. En cambio, visita con gran respeto y con la cabeza cubierta una mezquita de
los Emiratos. Claro que, desde 1975, tampoco el rey Juan Carlos I ha visitado la basílica de Cuelgamuros, a donde
tuvo que asistir al funeral religioso por Francisco Franco. Tales comportamientos denotan el servilismo a lo
«políticamente correcto», es decir, a los Amos del Mundo…
La Reina de Inglaterra es cabeza de la Iglesia Anglicana… y Juan Carlos es heredero de los Reyes Católicos…
pero… supongo que ya no tiene el título de «Su Católica Majestad», pues al parecer, en ambos casos, se trata tan sólo de títulos honorarios…
….en la mezquita de Abu Dhabi (Unión de Emiratos Arabes)…
En cuanto al Príncipe consorte, Felipe de
Edimburgo…, es curioso cómo la prensa
pretende ridiculizarle acusándole de «meteduras de pata», que en mi opinión son genial sentido del humor… un humor irónico
que es la única forma que tiene de expresarse con libertad.
El año próximo cumple 90 años y se retirará de la vida oficial. El príncipe es todo un personaje, algo más que el hombre que camina dos pasos detrás de su esposa la reina. Dicen que ella lleva la corona en público, pero él los panFelipe de Edimburgo ha anunciado que está preparando su jubilación. El año talones en privado.
Veamos las siguientes anécdotas, que recogemos de el diario de Madrid «El País»:
En 1947 le preguntó a un trabajador de los ferrocarriles sobre sus posibilidades de ascenso, y este le respondió: «¡Ah! Tendría que morir mi jefe», a lo que él replicó: «Justo lo que me pasa a mí».
También se recuerda su visita a China en 1986 en la que dijo a los estudiantes británicos con los que se encontró: «Si siguen aquí más tiempo acabarán con los ojos rasgados».
A unos ingleses que recorrieron Nueva Guinea les felicitó el príncipe en 1998: «Han conseguido no ser comidos».
Durante una recepción en el palacio de Buckingham, el marido de la reina aseguró: «Cuando un hombre abre la puerta del coche a una señora, o tiene coche nuevo o mujer nueva».
En una fiesta organizada en Londres por la oficina de la Commonwealth, Felipe de Edimburgo se dirigió a un invitado negro y le preguntó: «¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?».
El interlocutor, que resultó ser lord Taylor de Warwick, le respondió: «Soy de Birmingham (ciudad del centro de Inglaterra)».
El presidente Obama le dijo que se había entrevistado ya en Londres con el entonces primer ministro, Gordon Brown, con quien lideraba la oposición, David Cameron, y también con el presidente ruso, Dmitri Medvédev. «¿Es que puede distinguirlos a unos de otros?», le preguntó entonces.
Uno de sus últimos tropiezos fue durante la visita del Papa al palacio escocés de Holyrood. Al ver que el líder del Partido Laborista escocés lucía una corbata con el estampado típico de la zona, preguntó a la líder tory, Annabel Goldie, «¿Y tú también llevas las bragas hechas de esto?».
La mandataria, muy avergonzada por la «incómoda pregunta», contestó con gran destreza al príncipe: «No puedo hacer comentarios. Y si las llevara, no podría de ninguna manera enseñarlas».